Pss pss

¿Te gustaría quedarte?
Haz click aquí para seguir este blog.

.

.
Con la tecnología de Blogger.

Búsqueda

Escribe abajo lo que quieras buscar y presiona Enter

martes, 2 de agosto de 2016

Historia de sueños mezclada con realidad

          2 se atrevieron a hablar   


Un cuarto de mi vida estoy haciendo algo. El tiempo restante estoy pensando cómo hacerlo o dejándolo de hacer. En otras ocasiones tengo la sensación de que la vida realmente me echa un cabo, pero que nunca soy capaz de verlo y agarrarme a él. O que no quiero. Porque prefiero quedarme en la cama pensando en ti. Pensando en Sudáfrica, o Noráfrica, o lo que sea. A veces también pienso en las personas que me he cruzado en la calle, o quien tiene que tener todo mi dinero. Ocasionalmente sueño, sueño con muchas cosas, casi más que en las que pienso. Una vez soñé con un ascensor que no funcionaba, apretaba el botón y esperaba y esperaba, y volvía a apretar, lo encajonaba, comprimía, oprimía, presionaba... pero nunca subía. Así que subí por las escaleras, pero ninguna era lo suficientemente alta como para llegar a ningún lado; algunas cosas nunca cambian. Alguien en la tele le grita a otro alguien mientras los pensamientos razonados marchan en fila de uno por el pasillo hacia algún lugar remoto y desconocido. Y mientras yo intento hacer funcionar todo esto.


Cariño, es un trabajo duro.


Compártelo si te gusta:    Facebook Twitter Google+

2 comentarios:

  1. Siempre me gustó tu manera de escribir, directa, sin floripondias y siempre intentando encontrar lo humano en cada resquicio, aunque ni siquiera sepas si crees en ello en este mundo tan cuerdo que lo que realmente se necesitan son verdaderos locos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A estas alturas ya no se necesitan ni cuerdos ni locos. Vivimos en una vorágine muy autofágica y reventar parece ser nuestro destino no escrito. ¿Encontrar lo humano? Tal vez a ratos, en momentos, milésimas de segundo, no sé.

      Gracias por tus palabras, siempre es un placer reencontrarte en este rincón del que hasta yo misma recelo ya.

      Eliminar