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lunes, 11 de noviembre de 2013

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La vida puede ser complicada, dolorosa y llena de altibajos. Hay días en que incluso levantarse de la cama es difícil. Pero, ¿sabes lo que pasa? Resulta que siempre tendrás otros días, otras personas, otros tiempos y otras historias que harán que valga la pena. Siempre será un nuevo comienzo, nuevas oportunidades, las sorpresas, las coincidencias y encuentros que pueden cambiar todo. Ten paciencia.


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jueves, 7 de noviembre de 2013

Hablemos de esperas

        


Estaba sentada en la entrada de la puerta, su vestido manchado de tierra. El charco de agua crecía cada vez más y más con cada gota que caía del cielo, que dejaban a su paso un ambiente nublado pero cálido a la vez. De sus auriculares salía una melodía; la letra se la sabía de memoria. Esa canción le traía muchos recuerdos. Al mismo tiempo que cantaba se formaba una nube espesa y gris.

Ya había pasado mucho tiempo y aún no lo podía olvidar, aunque el daño que sentía día a día era cada vez más fuerte y real, sufriendo por un sueño, algo que nunca pasó. Sólo en su imaginación. Sí, debió ser eso. No podía haber habido semejante sufrimiento en el mundo. Tanto dolor, tanta hambre, tantas lágrimas derramadas, tanta miseria humana... Las pastillas que había tomado ya habian echo efecto. Se acostó en el césped. Seguía mojado. Vio las nubes blancas que se habian formado tras la tormenta y sonrió. Pensó que si después de tanto caos se había formado algo tan hermoso, todavía había esperanza.
Todo estará bien al final, si no está bien, es que todavía no es el final.
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lunes, 28 de octubre de 2013

Apeiron

        
Todos los días mis recuerdos me preguntan por ti, sin que pueda evitar hablarte a través del tiempo. De qué hubiera pasado de estar ahora conmigo aquí y poder escudriñar lo que se muestra hoy en tu fuero interno. Desandar lo andado es más fácil que empezarlo, por lo menos eso dicen quienes aún no han comenzado. Valorando la dificultad que conlleva intentarlo. Y la incertidumbre de prever si sería lo acertado


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Dictadura del silencio

        
Impongamos una nueva dictadura. El proletariado está acabado. Por eso propongo empezar la nuestra propia: la dictadura del silencio. Es cierto que no podremos hablar, pero tampoco nos obligarán a escuchar todas esas cosas que nunca quisimos oír.

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miércoles, 23 de octubre de 2013

Revolución

        

Desperté en un mundo donde el odio y el egoísmo reinaba en la calle, y me pregunté ¿porqué vivir mal para tener que ser un cadáver más? En las montañas vivían aquellos que por desgracia habían sido desterrados, viviendo en tierra de nadie, luchando por sobrevivir. Muertos de hambre, de sed y de mente, vi en ellos una única esperanza en sus ojos oscuros. Una bomba sin mecha para ser explotada. Sólo necesitaban una chispa para correr río abajo. Morir era nuestro destino, pero preferimos morir luchando.



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viernes, 4 de octubre de 2013

Corazón delator

        

Las caricias también pueden llegar a ser dolorosas, pero lo importante es sentir, a pesar del insomnio, los problemas y la soledad; meternos en un caparazón por miedo al dolor no arregla nada. Tú dejas de sentir pero el dolor sigue existiendo ahí afuera. Por eso resulta hermosa la decadencia, los demonios.
Tu corazón bombea caricias, no puedes pararlo, es tu naturaleza.



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jueves, 19 de septiembre de 2013

Oscuro

        
Hoy es tiempo de lluvia sobre esta ciudad de calles estrechas; lugares donde el agua cae a ras de calle
y va dejando pequeños recuerdos. Algunos fantasmas de ayer siguen caminando frente a la vieja casa de muros desnudos y se detienen en las esquina, esperando un poco de lo que ya no existe.
Mientras, sobre nuestras cabezas se viene anticipada la noche por un cielo de cenizas que avanza desde lugares lejanos.

¿Qué ocurrirá ahora? No se sabe. Después de todo conocer algo implica necesariamente sufrir por ello.
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viernes, 6 de septiembre de 2013

Tal vez estemos hablando de ti

        

Un piano de fondo. Una nota, dos notas, tres notas, que poco a poco iban desgarrando una desoladora melodía. Siempre se ha asociado el piano al amor, será porque abarca una de las tesituras mas grande en cuanto a instrumentos musicales se refiere, desde el sonido más grave al sonido más agudo. Y el Amor abarca lo mismo. Sin embargo este piano habla de otra cosa totalmente diferente. Habla de soledad, de tristeza, el tormento de un alma apesadumbrada que solo en la música encuentra algo de paz. No obstante, parecía que el martillo en vez de percutir las cuerdas lo que sacudía era su corazón, lo que producía un efecto aún más amargo. Una melodía repetida de un sueño antaño hermoso.

Es curioso, desconozco su nombre o su procedencia, no sé nada de su historia, de sus triunfos ni sus derrotas. Pero sí sé lo que siente.

Quién sabe, tal vez sí estemos hablando de Amor después de todo.
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martes, 3 de septiembre de 2013

Todo. Gris.

        

Hoy es un día completamente igual a los demás. Y de eso se dio cuenta después de experimentar un profundo pero fugaz orgasmo, lo que rompió la magia del momento. Sí, últimamente todos los días presentaban esa pátina gris que los vuelve comunes y anodinos, tanto como esos nubarrones que poblaban el cielo anunciando el fin del verano; su propio fin. Pensaba en eso mientras se arreglaba un poco, haciendo como si nada hubiera ocurrido en esa habitación, como si hace simplemente unos escasos segundos todo su cuerpo no se hubiera estado retorciendo sobre sí mismo bajo un influjo febril, aunque vacío y estéril. Hay muchos impulsos que provocan acabar en una cama, pero entre todos ellos destaca la pasión. Pasión puramente sexual, nacida de lo más profundo, capaz de sacar a la luz arrebatos oscuros y animales. Pasión nacida del amor, que vuelve inútiles las palabras y desborda corazones y miradas, que se devuelve con manos y lenguas. Pasiones que pueden tomar otro carácter más vengativo, doloroso o superficial, más las pasiones no son, de por sí, negativas; simplemente son fuerzas de mayor o menor intensidad. Sin embargo no eran esos misterios despóticos los que la habían obligado a desnudarse; era la nostalgia. Ansiaba volver a sentir algo, una gota de lluvia capaz de liberarse de la opresión de esas nubes grises que presagiaban una tormenta invisible. Pero cuando asomaba su cabeza por la ventana el cielo solo le devolvía sequía, aridez y laconismo. Por eso se había visto obligada a buscar la humedad entre sus piernas, esperando volver a encontrase.

Se sentía tan perdida desde que él se había ido.

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jueves, 29 de agosto de 2013

Hojas secas

        

Hay una enésima de segundo en la que te das cuenta, te maravillas de lo sucedido, y reflexionas sobre todo lo ocurrido para terminar soltando una sonrisa por ser capaz de apreciar lo que otros no verán nunca.



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martes, 27 de agosto de 2013

        

-De tanto leer vives en un mundo ficticio.
-La vida es una gran novela con millones de personajes, pero nunca sabremos con certeza cuál es nuestro papel en ella.

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sábado, 3 de agosto de 2013

viernes, 2 de agosto de 2013

Ese beso

        
Sin darme tiempo, captura mis labios con los suyos. No me lo puedo creer. Me está besando. Siento un mareo intenso, todo mi ser se concentra en el beso. Le paso la mano por la nuca y empiezo a devolverle el beso. Ya es tarde.

Siento cómo se separa de mí y lo pierdo para siempre.


-         Vete. Vete ya.

Sin pensarlo dos veces, sin mirarlo siquiera, cojo como puedo el bolso, el móvil y mi carpeta con una mano y, sin mirar si vienen coches, abro la puerta y corro. Corro sin mirar atrás. Aunque quisiera, no hubiera podido.


Al llegar a la esquina, donde ya no puede verme, me apoyo contra la pared y me cubro la cara con las manos. Me tiemblan las piernas, me duele el estómago y tengo lágrimas en los ojos. Pero lo peor es que me ha marcado a fuego con sus labios. Seguro que es sugestión, pero siento que me arden. Lo siento de veras. Y nunca antes me había pasado.

En mi cabeza retumba una cita, como si esa fuera mi sentencia: “Ese será el beso por el que medirás los demás el resto de tu vida”.
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jueves, 1 de agosto de 2013

La indecisión es un verdugo capaz de matar al futuro

        

Te encontrabas parada inmóvil en un camino sin fin, no sabías hacia donde ir. Los senderos abundaban pero aunque lo intentaras no podías distinguir alguno. Entonces comenzaste a pensar y a cuestionarte. ¿Te has parado a pensar alguna vez como una decisión sin importancia puede cambiar totalmente el rumbo de tu vida? No podías encontrar una respuesta, ¿o acaso sería que no querías encontrarla?. Empezaste a caminar, estabas sola, no había nadie en los alrededores y eso no te daba ánimos, querías despertar una mañana y decir:  "No deseo nada más, vivo buscando ése atisbo de entusiasmo, ése ánimo de emoción sin el cual vivir no tiene sentido." Era así, lo sabías, pero era inútil seguir buscándolo, no lo hallabas. Algo te impedía seguir tu búsqueda, estabas atrapada.. ¿En el sendero?. No, estabas atrapada en tí misma, te impedías progresar, pero comenzaste a darte cuenta..

Multiplicalo por infinito y apenas tendrás un atisbo de lo que hablo.


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lunes, 29 de julio de 2013

Sudor y desorden

        
Sueños inquietos entre sábanas manchadas de alcohol y lápiz de labios permanente. Hay días que escuecen mucho más que las heridas curadas con ginebra y limón. Aún no sé si hoy es uno de esos días.
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miércoles, 24 de julio de 2013

Parafilias (y parafobias) I

        

Todavía no se ha cerrado la puerta y ya su mano exploradora busca. La conversación continúa alrededor. Ella sonríe: desde que viste faldas con mucho vuelo es todo más fácil. Hay más gente que otros días en el ascensor. Siente la mano que sube por sus muslos y se aventura en su cara interna. Vuelve a sonreír cuando percibe la sorpresa de él, su breve titubeo al descubrir que no lleva bragas. Pero no hay tiempo, la mano avanza y dos dedos entran con decisión, se demoran, juegan. Ella separa un poco las piernas, se deja llevar. Cuando el ascensor aminora él se acerca más, casi siente su aliento detrás, en la curva del cuello. Se abre la puerta, los compañeros van saliendo. Sus ojos se encuentran un momento, él se lleva entonces los dedos empapados a la boca y ella nota en las mejillas el calor del rubor, y otro calor más urgente le arde en el vientre.

Se separan. Mañana, con suerte, el ascensor irá más lleno... o quizá vacío.


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martes, 23 de julio de 2013

Querido Charles

        
Siempre he sostenido que todos somos iguales, más allá de diferencias propias culturales y antropológicas, tenemos las mismas obsesiones. Pasión, sexo y muerte. Ya está, esto es todo. No importa lo que leas, de lo que hables o lo que pienses. Al final, de una manera o de otra, todo lleva a lo mismo. Muchas veces ocurre de una manera velada y sutil, por lo que es difícil evadir esa red compuesta por un acervo cultural que venimos arrastrando desde hace años y años. Por eso, al final todos volcamos las mismas obsesiones. Carece de importancia la combinación de palabras y comas que uses, si hay más o menos adjetivos, si es más o menos desalmado o lacerante. Ya ha sido escrito. Y sobretodo, ya Bukowski lo habrá echo mucho mejor que tú. Ni si quiera la inspiración es original, por tanto solo queda copiar con estilo.
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domingo, 30 de junio de 2013

Girar y girar

        


Giras y giras hasta que el mundo se hace vida en tu cabeza. Tratas de volver y no puedes. Finalmente, caes hecha un llanto de risa. Te encoges a esperar que el suelo vuelva a su sólida forma y poco a poco ya nada tiene sentido.


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jueves, 27 de junio de 2013

Metamorfosis

        
¿Mi metáfora de la vida?
Una corrida en un azulejo.
Un escupitajo en el suelo.
Cualquier mancha seca.
Incluso las hojas muertas.
Pero hoy el Sol brilla, así que debería alegrarme.
Ya recuperaré mi vida.
¿De qué me sirve aprenderme las reflexiones de otros si nadie escucha las mías propias?
Pero a fin de cuentas todos somos extraños.
Corridas.
Manchas.
Y hojas.



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martes, 11 de junio de 2013

sábado, 1 de junio de 2013

Favole

        
Era para él aquella mujer, delgada, enfermiza, ojerosa, una fantasía cerebral e imaginativa, que le ocasionaba dolores ficticios y placeres sin realidad. No la deseaba, no sentía por ella el instinto natural; la consideraba demasiado metafísica, demasiado espiritual; y ella, la pobre muchacha, enferma y triste, ansiosa de vida, de juventud, de calor, quería que él la desease, que él la amara con furor de sexo, y coqueteaba con uno y otro para arrancarle de su apatía; y al ver lo inútil de sus infantiles maquinaciones, tenía siempre una mirada de tristeza desoladora, una mirada de entregarse a la ruina de su cuerpo, de sus ilusiones, de su alma, de todo...


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Sabor a agua salada

        

Sólo las oscuras calles y la luna escuchan su llanto desamparado. No es la lluvia que cae lo que humedece sus ojos, son las vidas pasadas, las horas invertidas en cortinas de aire, que se esfumaron de golpe. Elige la banda sonora más autodestructiva del mundo. Cómo latigazos siente punzadas que sacuden su corazón, rompiéndolo a trizas. Oleadas de tristeza recorren su cuerpo, es imparable. No encuentra consuelo alguno, ni solución viable al recordar lo que fue y en lo que se ha convertido.


Pequeña sonrisa de Amelie...
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viernes, 31 de mayo de 2013

No le dirías que no a una flor

        

Eres la chica de entrañas adorables, pero no te atreves a enseñarlas. No te gusta escribirlo, no te gusta decirlo. Aunque a veces lo hagas...
Y en cierto modo me gusta que seas así. Me gusta tener que buscarte las cosquillas, y más me gusta encontrarlas. Descubrirte a ratos. Mirarte y ver dentro de ti.


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miércoles, 29 de mayo de 2013

Tengo ganas de ti

        

-Tengo mono de usted
-¡No me llames de usted!
-¿No? ¿No quiere que la llame de usted, señorita?
-Solo si vas a follarme. ¿Piensas hacerlo?
-Sí.
-…en ese caso, nada que objetar.




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Viejos raíles

        




El tren partió con el último silencio
llevándose la voz tenue que nos ahogaba
que dejaba insatisfechos nuestros delirios
de espíritu sordo y lengua áspera,
que desbordaba cada vaso incapaz de contener ya sangre
cuando la sangre aún hervía.
Marchó el tren creando raíles muertos a su paso
soltando un vapor naranja espeso sobre fondo negro
dejando caer veloz
por sus ventanas
esmeriladas
las palabras
pesadas
que ya no nos servían
por no poder herirnos.
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martes, 21 de mayo de 2013

lunes, 20 de mayo de 2013

Mientras no sea demasiado tarde

        















No dejes escapar la música que duerme en tu boca y sella tus labios.


Despiértala, con caricias cuando lo hayas hecho y dila que suba a la parte más alta de tu frente, la que soporta el embate de los años tristes.

Una vez allí, abre las sensibles ventanas para que pueda respirar el perfume de la inspiración que llegará con la forma de un pájaro azul.

Abandónate, ahora puedes, deja que tus párpados canten la canción que hay en tus ojos.


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miércoles, 15 de mayo de 2013

Dormir y dormir y dormir y dormir....

        

Me pregunto cuánto tiempo es capaz de estar la gente sin dormir.
Y no me refiero simplemente al hecho físico de tumbarse y cerrar los ojos hasta que llegue al día siguiente, sino a toda la parafernalia que va implícita.
Tumbarse, descansar, reflexionar sobre la vida y la muerte, perder la consciencia, refugiarnos en nuestro interior, los últimos momentos, los últimos recuerdos...

Soñar


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lunes, 22 de abril de 2013

Arrebatado de algún rincón

          Alguien se atrevió a hablar   

Llovía y los escaparates estaban vacíos, el amor en rebajas al 50% y los sueños esperando a un tren que quizás jamás llegaría. En esta ciudad gris, entre luces de neón y mentiras, el humo de las fabricas era una columna de recuerdos; su paraguas rosa destacaba entre la realidad; ella era la diferencia que trastornaba mis días grises

Ahora sé que yo también me podría volver como ellos, con un precio y una etiqueta colgando de mi cuello. Podría vender todas mis letras, destruir mis sueños, mi interior mismo, y hasta mi corazón regalarlo al sentido de la vida nihilista y hedonista para que tú volvieras a mi lado

Aunque esta soledad me duela y me haga daño dejará una estela de sangre para que puedas encontrar mi rastro. 
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viernes, 19 de abril de 2013

Calamaro

          ¿Quieres decir algo?   

Aquellos besos que ya no vuelven 
convierten mi vida en algo raro 
tus besos eran mi faro 
la única luz que guiaba mi rumbo 
en la oscuridad del mar 
y la tormenta 
no existe nada igual 
que aquellos besos míos 
tus besos 
aquellos besos tan dulces 
como aquellos besos nuestros 
que son del color de tu ropa interior 
siempre me volvieron loco de amor 
gracias jaime por la frase 
y apurarme una sonrisa 
no se pude creer 
donde hubo un amor queda brisa, ceniza 
no sé si enterarte de mi pena, penita pena 
te va a dar mas rabia 
o ni siquiera me dedicas eso 
como me puedo sentir cuando sé 
que no voy a encontrar una chica igual 
a mi otra mitad 
la otra dueña de aquellos besos 
que eran mi descanso 
mi fantasía sexual 
las ganas de volver a casa 
a encontrar todo igual 
aquellos besos míos 
tus besos 
aquellos besos que ya no vuelven 
convierten mi vida en algo raro 
tus besos eran mi único faro 
mi única luz 

Un beso de aquellos besos 
Un beso de aquellos, aquellos besos 
Un beso de aquellos besos
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Ahora que no estás

          ¿Quieres decir algo?   

Recuerdo aquella vez que mi cuerpo temblaba, porque tus manos, en cada abrazo, me hicieron sentirme segura, siempre a salvo. Y tus besos... tus besos eran los más dulces y apasionados.

Me voy durmiendo... enciendo un cigarrillo en el intento de ver todo más claro y me hago trizas al pensar que no hay nada más después de ti. Qué hacer si tú no estás aquí cuidando de mí.

Y cuando yo no esté qué pensarás, dime qué pensarás.
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domingo, 14 de abril de 2013

jueves, 11 de abril de 2013

domingo, 31 de marzo de 2013

Desaliento

          3 se atrevieron a hablar   


El frío de abril da irrealidad al cielo por haber llegado tan tarde. Es solo este frío a deshora el que ha propiciado el desastre. Si la devastación hubiera llegado un minuto antes de la tragedia, pensamos, la sangre enferma no se hubiera propagado tan deprisa, y nos hubiéramos ahorrado el tener que ahogarnos en nuestro propio veneno.
Fue después del beso en espiral cuando nuestra última mirada cayó al suelo, rompiéndose con un lánguido estrépito. En ese momento tuvo lugar nuestro vértigo y nuestra tragedia. Como la de los grandes héroes griegos. Se empieza a morir bien en fragmentos de espejos reflejados. Pero el estruendo de cristales rotos de nuestras miradas al romperse no sobresaltó a nadie. Ni a nada. Ni a nosotros. Que pasaría esto ya deberíamos haberlo adivinado porque de antemano lo supimos. Y es que cuando la voz solo sirve para cantar a los sordos es grave.
No hay otro secreto que este. No hay solución de continuidad. No hay otro final posible. No se puede vivir sin vértigo, ni sin esta tragedia nuestra, que nos embota como la fiebre incubada en un frío mes de abril.


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© JIP

        
Sentirse a veces, así, como un damnificado llorica, en noches como ésta, de insomnio terrible, de terrible soledad, cuando estufas y mantas nada hacen porque el frío lo tienes dentro, aferrado a tu tuétano. Te ves en texturas de sueño consciente, de consciente pesadilla, autocomplaciente y dañina. Te ves cabizbajo, arrastrándote, serpeando moribundo como una víbora de labios sellados. A cuestas llevas la pequeña caja con tus restos, los que creíste oportuno salvar, aquellos que pensaste valían.

Tu vida ardió. Desde los cimientos. En algún momento pasado, no hace tanto, aunque prefieres no pensar cuándo porque seguramente lo sabes. Quizá tú prendiste la llama. Insensato. Idiota, Irresponsable. Demasiadas íes. Y todas sin punto. Demasiados cabos sueltos como para que la treta suicida te saliese bien. Te quemaste. Sí. Todo ardió, se lo comieron las llamas, te devoraron… y durante mucho tiempo solo fuiste brasa. Una brasa que sólo supo llorar.

Un día decidiste pasearte por tus cenizas, por tus negros parajes, los restos del naufragio. Cogiste una pequeña caja y empezaste a recolectar. Esto lo quiero, lo necesito, está chamuscado, no sirve, pero da igual; esto vale… lo necesito. Y así con esto otro, y con aquello de más allá. Deambulando entre el bosque arrasado de tu alma no dejabas de agacharte y guardar. ¿A qué salvar tanta cosa? Casi todo quemado, renegrido, inútil; peso muerto. ¿Por qué tanta carga? Pretendías engañarte, pensar que se podía reconstruir alguna cosa a partir de toda aquella escoria. Te habías prendido fuego. Echado a perder. Tirado consciente por la borda. Y ahora lo querías negar. Y ahora querías echarte atrás. Pero no pudiste. No pudiste negar tus llamas, no pudiste obviar tu error… Y, lo peor, a partir de entonces ni siquiera supiste llorar.

Para qué esas lágrimas si ya no había nada que apagar, si el fuego se lo había llevado todo. Bueno, no todo. Quedaba la caja. Ese atado de recuerdos ajados e inútiles trastos, todos inservibles. Esa caja que pesaba tanto, que doblaba tu espalda y mataba tus brazos. Que no te dejaba alzar la cabeza, los ojos, la vida…

¿Dejaba? ¿Acaso la dejaste atrás? Crees que ya cesó el tiempo del arrastrarse porque puedes volver a amar. Porque puedes volver a llorar. Te sientes germinal, renaciente, reverdecido fénix de perennes alas… Sí. Es mejor así. Pero mira bien. Lo sabes. ¿Cuántos pasados chamuscados conservas todavía? Ahí los tienes, hiriendo, enfermándote, tiznando tus adentros. No. No mires atrás. Sí. Allá quedó la caja, tirada en la nada. Todos aquellos daños ya no existen. No te pueden alcanzar.

Pero estos otros, estos de los que te hablo, no los llevas encima; exteriores. No. Lo sabes. Aunque no lo reconozcas. Lo sabes.

Con sangre y bilis y rabia… estos los vas a tener que vomitar…


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Todo rasurado

          ¿Quieres decir algo?   


Todo rasurado:
hasta la última pestaña
de esta pesadilla monótona.
Todo rasurado.
Todo falso.
Imitación punk de una poeta muerta.


Si Pizarnik resucitó, ¿lo harás tú,
suicida idiota,
que miras desde el reflejo?


Todo rasurado,
¿coño o corazón?


eso qué importa cuando ambos huelen a vida,
cuando ambos sangran y tiñen de amor.


Todo rasurado para sentir mejor el hielo.
Todo frío.
Todo muy frío y hermoso.
Todo vacío, por última vez.


Luna Miguel
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domingo, 24 de marzo de 2013

Echarnos la culpa ya no sirve de nada

          2 se atrevieron a hablar   

Me acuerdo que hablábamos mucho, pero en realidad no decíamos nunca nada. Quienes mejor se comunicaban eran nuestros cuerpos. Ellos solos arreglaban cualquier problema. Incluso los graves. Te enojabas cuando te decía que nuestra relación se basó en lo físico más que en lo químico. Me decías que para tener sexo se puede buscar a cualquiera, que entendiera la diferencia entre hacer el amor y el más puro instinto. Y supongo que tienes razón, pero desde que descubrí que el placer es la felicidad de un momento y que el amor se fija más en otras cosas empecé a disfrazar la pasión con el amor, y al final, nos jodimos mutuamente.



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Amarnos fue peor que querernos

          Alguien se atrevió a hablar   

Estuve enamorada. Ya no sé cuándo, ya no sé de quién. Sin embargo, sentí ese cosquilleo en la mente y en el corazón. ¿Te amo? Te amé, es lo más próximo. Me doliste con tanta intensidad que ahora ya no siento nada. Solo me falta sacar tus palabras de mis oídos, limpiar de mis labios el sabor agrio y dulce de los tuyos e investigar donde se encuentra el olvido para dejarte con él de una vez por todas. Para siempre. Que lástima que el amor duela cuando debe fortalecer. Que lástima que queriéndonos tanto se interponga la ausencia y el malestar. Que lástima que no lo cure un detalle, un te quiero o un poco de atención. Que lástima que queriéndonos tanto todo se reduzca a polvo, y dentro de poco, en un sutil e indiferente olvido.

                             
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martes, 19 de marzo de 2013

Plumas negras

          ¿Quieres decir algo?   


Agitaba sus alas sobre el suelo de negras plumas sin alzar el vuelo. Agitaba sus alas sin conseguir rozar el azul del cielo. Unas oxidadas tobilleras de hierro resonaban sobre sus pies descalzos en su intento de agitar sus negras alas para alzar alto el vuelo.
Mas sus finas manos dibujaban en el cielo gráciles siluetas para agarrar, alcanzar, impulsarse... deseado vuelo.
Se arrodilla, sostiene entre sus manos los barrotes de aquella cárcel prisionera donde con tristeza arranca sus plumas negras de luto.
Una voz resonó. Un eco.
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sábado, 16 de marzo de 2013

Y palabras para volar

          Alguien se atrevió a hablar   

De las tardes y calles
húmedas y encharcadas
las gotas del río desbordado por la vereda en la que no te sumergiste
De las noches heladas, bulliciosas y estresantes
el deseo extenuante de verte partir con delicia hacia los extremos lúcidos de la sobriedad
De las canciones de odio, grito y mesura
las melodías regadas en la parte de atrás para no ser mas escuchadas, ni en pesadillas, ni en la radio
y de esa fabulosa cordura de la que constas
mi repulsión en zanjas de absurdos

Ha llegado un limite del que los fines no pueden prescindir
no hay dirección, señalización, limites de velocidad,
ni niños cruzando la calle y padres que corran atrás de ellos
no hay avisos, ni secuencia de palabras en una de nuestras tristes conversaciones sobre nada que tenga algún tipo de relevancia dentro o fuera de nuestras vidas

Perfecto hijodeputa del que me he hecho cómplice
engañosos prejuicios de los que me hice aliado
exterminio de ideas en campos de concentración devueltas en jabón para limpiar sesos


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sábado, 9 de marzo de 2013

jueves, 7 de marzo de 2013

Algunas gotas de lluvia no son solo agua

          2 se atrevieron a hablar   
















Sé que debería salir fuera y enfrentarme al mundo, o peor aún, quedarme dentro y asumir todos los sueños que se han quedado sin cumplir. Pero solo tengo ganas de quemarme la punta de los dedos.
Ya saldré cuando pueda volver a contar historias de nosotros, deje de hipnotizarme el azul eléctrico del fuego, o, en su defecto, se apaguen todas las velas.

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miércoles, 6 de marzo de 2013

domingo, 3 de marzo de 2013

Honestamente

          5 se atrevieron a hablar   



Como pasar de cero a cien en un segundo.
Ver algo sublime.
Que te tiemblen hasta los huesos.
Notar los saltos del corazón intentando escapar.
Caer de golpe y frenar en el último segundo.
Notar las sienes palpitantes.
Tomar una bocanada de aire y que te siga faltando el aliento.
Reírte de los héroes y reinventar leyendas.
Un beso tras la oreja.
Huracanes en el estómago.
Nadar en los océanos de una mirada.

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miércoles, 20 de febrero de 2013

Todos mienten

          2 se atrevieron a hablar   
Un crimen de arma blanca directo al corazón, un allanamiento de morada cardíaca, una violación de los derechos humanos más innatos en cuanto a la independencia intrínseca del ser uno. Eso es el amor. Shakespeare mentía. Todos mentían. Que ambas manos cojan los corazones del otro acariciándolos y aprisionándolos, cada vez más fuerte, hasta desangrarlos. Porque eso es amar, depender. Dar tu alma al diablo. Caminar sin motivos, sonreír sin razón, sentirte protegido en mitad de un huracán, que se queme todo y querer volverlo a incendiar… eso es amar.


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lunes, 18 de febrero de 2013

De haberlo sabido

          ¿Quieres decir algo?   


Mi número preferido...¿de qué sirve tener un número preferido? Es como tener un único color preferido, aunque sin duda me quedo con el blanco y negro de las fotos que nunca se revelaron.
¿Un olor? El de su chaqueta. La guardo en el fondo de un cajón del armario y la saco cuando la añoranza ya no me deja respirar y abrir los pulmones significa recordar.
¿Un sonido? El del último mensaje en el contestador, el que soy incapaz de borrar pero mucho menos de escuchar.
¿Un tacto? El de sus manos.

Y todo esto porque me siento cansada de arrastrar una maleta que cada día va más cargada. La culpa es de una nada que puede pesar toneladas. Realmente estoy agotada de buscar respuestas y no tener ni idea de cuál es la pregunta. Harta de sentir que tengo que correr desesperadamente para llegar a algún lugar al que, en realidad, no quiero ir.

¿Dejaré de repetirme alguna vez las mismas frases? No, la verdad es que no lo creo.



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miércoles, 13 de febrero de 2013

Los inviernos en Madrid son muy secos y fríos y siempre tengo los labios cortados

          2 se atrevieron a hablar   


Cuántas veces morimos
dentro del cuerpo vivo.
En cuántas ocasiones
la llama del interior extinta
la clavícula del corazón partida.
Existen soledades
que son pura intemperie
y desalojo.
Existen soledades
tan a cara de perro,
tan desierto,
que ni siquiera gozamos
la compañía de nuestra legítima sombra.
Bien pensado,
la verdadera soledad
se cimienta en la propia ausencia,
en sentirse el espíritu de un muerto
dentro de un cuerpo vivo.



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lunes, 11 de febrero de 2013

miércoles, 6 de febrero de 2013

martes, 5 de febrero de 2013

Estoy harta de días sin luz y noches sin alma

               2 se atrevieron a hablar   




















Hoy quiero entregarme entera, dócil, sumisa, tuya. Explotar en ese tornado que llega sin pausa girando a mil por hora. Muero por apoyar mis labios sobre tu pulso y sentir que se acelera cada vez más con mis respiración. Elixir específico compuesto de libido. Susurrarte cosas sucias al oído, y consentirte en tus caprichos de hombre mientras abuso de tus piernas. Podría instalarme en tu cuerpo hasta que me obligues a a irme. Y estallarás en mi boca y me mojarás hasta el pecho. Vamos a ponernos sentimentales o quizás solo un poco más animales. Te llevarás mi corazón, y lo que está debajo del ombligo también, mi amor. Estalla mientras yo estallo. Y quiero sentirte empapado encima mío, frenético, queriendo ser preciso en cada movimiento. Rompe estructuras. Otórgame esa libertad confusa en palabras que no la pueden abarcar, enreda tu lengua con mis labios y permíteme ser yo. Eso es lo único que quiero. Eso es lo único que ansío. Disfrutar del abismo de volvernos uno mismo.

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domingo, 3 de febrero de 2013

jueves, 24 de enero de 2013

jueves, 17 de enero de 2013

domingo, 13 de enero de 2013

Cuando la piel sobra

          8 se atrevieron a hablar   


Se conocieron por casualidad, en un foro de pretensiones intelectuales e intenciones vagamente románticas. Ella celebró la agudeza de sus comentarios y él se maravilló de la coincidencia de ambos en repudiar ciertas películas de moda, que todos ponían por las nubes y a ellos se les antojaban aburridas. Ella mencionó al pasar cierto chat en el que se daba cita gente "como ellos", y él patrulló esa dirección durante tres noches, hasta que volvieron a encontrarse. Por el privado asumieron los gustos comunes y minimizaron los divergentes, con la prudencia de quien se acerca desarmado a un ciervo y no quiere que se espante. Acordaron desde el principio no darse los verdaderos nombres, ni las direcciones de email y -mucho menos- caer en la vulgaridad arcaica de intercambiar teléfonos.
Como se sentían jóvenes y tecnológicos, iniciaron su amistad en Tuenti, la consolidaron en Twitter y se volvieron cómplices en Facebook.
Cuando adquirieron confianza, se contaron proezas y desventuras sexuales en largos mensajes de apariencia inocente, desconocidos que se están conociendo y desean ofrecer al otro el perfil más mundano. Pronto pasaron a las confesiones sentimentales y ella habló de ese ex inepto pero recurrente del que por fin se había librado meses antes. Él le contó de su convivencia desastrosa con la que creyó sería la mujer de su vida y que había acabado con un temprano desengaño y una tumultuosa separación. Ella reconoció que si había aguantado tanto tiempo a aquél imbécil, fue porque la tenía enganchada sexualmente, y él correspondió a su confesión admitiendo que le había ocurrido algo parecido. Ambos construyeron, a medias, una sentencia que les pareció de lo más inteligente, según la cual, la piel sobra si antes no se toca el cerebro del ser amado. Sabiendo que caían en el repetido tópico, él citó una frase de la película Martín Hache, con la que un personaje declara que prefiere follar mentes, y ella, lejos de espantarse, tecleó risas de buena gana, ya que había mencionado su película y su frase favoritas.
Acaso para que la comunicación no se centrara sólo en el sexo, otra noche él le habló de su infancia tranquila y protegida, de la que sin embargo había salido bañado por una sutil melancolía de la que no sabía o no quería librarse. Ella le contó de la temprana muerte de su padre, cuando era una niña, y de cómo, sin querer, culpaba a su madre.  Entristecido por la tristeza prójima, a la noche siguiente él le preguntó que parte era la que más le gustaba de su cuerpo y ella dijo que el cuello. Cuando le tocó el turno, él habló de sus manos y ella dijo que las imaginaba fuertes e inquietas. Cuando llegó el turno de las porciones corporales odiadas, ella declaró sin pudor que su nariz, y él habló de sus piernas, irremediablemente torcidas. Entre bromas, se desafiaron a enviarse fotos de esos "defectos" del otro a los que quitaban importancia, pero cuando comenzaron el intercambio, días después, ella mandó una instantánea de su cuello, con el pelo recogido y la espalda desnuda, que él elogió sinceramente, antes de mandarle una foto de sus manos, que ella dijo eran como las había imaginado. Poco a poco se fueron enviando trozos del cuerpo, evitando su nariz y sus piernas, las de él, porque las de ella en la foto eran, según él declaró enfáticamente, "perfectas". En este punto ella dijo que en realidad no era la nariz la parte de su cuerpo que más odiaba, sino su culo, que creía demasiado voluminoso, y tras hacerse rogar durante varios mensajes, se lo mandó por foto. Él desmintió la infamia asegurando que era el culo más bello que había visto en su vida y ella, con rubor visible en la letra impresa, exigió ver sus piernas. El tardó unos cuantos minutos y dudó antes de darle a la tecla enter, y cuando ella abrió la foto vio sus piernas desnudas, pero también su sexo erguido e hinchado. Ella no respondió durante un rato, y en el siguiente mensaje cambió de tema durante varias réplicas, hasta que él no pudo más y le preguntó si la había ofendido. Ella dijo que no, que la había excitado y que se estaba tocando y esa fue la primera vez que follaron en la red, contándose en mensajes entrecortados y a veces casi ilegibles, lo que sentían y se hacían. Ella dijo "me corro" antes de decir "te quiero" y a él le pareció la frase más romántica que había oído jamás. Para compensar, durante los tres días siguientes hablaron de otros temas, pero al cuarto se citaron en Skype y lo hicieron viéndose por primera vez, y él desmintió las calumnias sobre la nariz de ella y perdieron el pudor al verse en la pantalla y se tocaron como si fueran las manos del otro las que los tocaban.
El tiempo pasó, pero la pasión y la compenetración no. Nunca se dieron los teléfonos, pero sí usaron sus iphones para mandarse SMS tórridos o tiernos a cualquier hora del día, y también por Facebook celebraron por el primer aniversario de su relación.
Algo se fue deteniendo, en especial cuando ella detectó que tenía varias "amigas" en la red que le tiraban los trastos, y él correspondió con un pequeña pero intensa riña al ver el comentario de un tal Armando, que hablaba de lo bien que lo habían pasado juntos cuando fueron al cine a ver aquella película, el martes pasado. Pero lo superaron porque tenían tanto en común y compartían tantas cosas, que esas minucias pueriles no podrían con ellos.
Rompieron, por WhatsApp, una noche de invierno, cuando faltaba un mes para que se cumplieran dos años de relación. Él apagó el ordenador, se sirvió un whisky y encendió un cigarrillo antes de asomarse a la ventana. Dejó vagar la mirada por la iluminación navideña de la plaza de Tirso de Molina, empobrecida por la crisis. Y se dijo que si le hubiera pedido el nombre, algún dato para localizarla, habría salido a buscarla esa misma noche. Ella, por su parte, se preparó un café bien cargado, porque total, esa noche no pegaría ojo y era mejor colaborar con el insomnio que luchar en vano contra él. Desde su balcón, se preguntó qué había fallado y supo que jamás encontraría a otro hombre como él. Suspirando, comenzó a dibujar un corazón en el vaho que empañaba el cristal de su ventana, pero lo borró con la palma de la mano y al lado trazó una arroba.  Pegó la frente al cristal y, entre los huecos del dibujo, dejó vagar la mirada por la plaza de Tirso de Molina, iluminada por la parca iluminación navideña, empobrecida por la crisis.
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Errante

        

Cuentan que la vieron pasear por las avenidas cabizbaja. Dicen que no tenía un destino fijo, que vagaba sin rumbo con la necesidad de encontrar a alguien o a algo que la hiciera sentir que estaba viva y demostrar que no era solo un fantasma del pasado. Llevaba tatuado en la mirada el desespero y la agonía de vivir en soledad. Las malas lenguas se atreven incluso a decir que buscaba perderse en la entrepierna de algún caballero, pero era lo único que no deseaba. Cuando le preguntaban si estaba bien, les respondía con su fina indiferencia sin dirigirles la mirada.

Pero él estaría bien, porque fue lo que decidió, vivir lejos de ella. Y a su manera, le reconfortaba.
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viernes, 11 de enero de 2013

miércoles, 9 de enero de 2013

martes, 8 de enero de 2013

De todo un poco

          6 se atrevieron a hablar   

Como muchas otras veces, ha llegado a un punto tope de inflexión en el que todo la satura y no puede sino retraerse en sí misma y esperar que pase la tormenta. Está cansada de todo: de lo políticamente correcto, del quiero pero no puedo, de gestos desaprobatorios, reproches infundados, derechos, deberes, miradas que matan, falsa empatía, arrepentimientos de lo que pudo ser y no llegó, de sus estúpidos miedos que la impiden correr hacía sus sueños…en fin, de todo. Hasta de ella. Sobre todo, se siente exhausta porque aunque lo intenta, no consigue borrar esa naturaleza cobarde que la caracteriza. Aún sabiendo que solo es una espesa capa que envuelve un corazón rebelde.
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lunes, 7 de enero de 2013

viernes, 4 de enero de 2013

A.M.M.

          2 se atrevieron a hablar   

[...] Yo salgo, fumo y me desnudo a solas. La espero tras las densas cortinas, la música ya está sonando cuando ella entra y se acerca a la cama y empieza a desnudarse, haciendo como que no sabe que la estoy viendo, espiándola, aguardando para ir hacia ella esa leve señal que ya no es necesaria, porque me sé de memoria sus gestos y podría adivinar con los ojos cerrados qué prenda está quitándose y distinguir el rumor exacto con que roza su piel cada una de ellas.

Al quedar sueltos y desnudos, sus pechos se agitan como en un escalofrío y los recoge entre las dos manos y los alza y se tiende despacio sobre las sábanas roja separando las rodillas con igual lentitud. Se mueve entonces curvándose como en las convulsiones de un mal sueño, la oigo respirar con la boca entreabierta bajo el pelo que le cubre la cara, junta y abre los muslos y luego los levanta apoyada en la espalda para terminar de desnudarse, y esa prenda rosa y última que ella arroja al aire cae justo a mis pies, es la señal, la llamada. Yo obedezco, lento y vil, avanzo como si entrara en la habitación de un hotel creyéndola vacía, la veo entonces plana y tendida y levantándose, viniendo, apartándose el pelo cuando se arrodilla ante mí y extiende la otra hacia mi cintura. Cuando me toca parece que está rozando en el aire un volumen vacío, la presencia de otro. Para descubrirme del todo finge avidez y torpeza y yo permanezco inmóvil  en una verticalidad invariable, como una estatua ante cuyas plantas se celebra una extraña y confusa devoción. Pongo una mano en su cabeza y la atraigo hacia mí con una especie de ruda benevolencia, y me pregunto que expresión habrá ahora mismo en su cara, si habrá cerrado los ojos, si es verdadera la avaricia con la que tantean sus labios, ahora, cuando de nuevo se ha apartado el pelo y mueve arriba y abajo la cabeza como diciendo furiosamente sí.

Me doy cuenta ahora mismo de lo fácil que sería abandonarse a ese instante final que ella pide y posterga, que ella dilata con sus bruscas huidas y regresos. Se echa hacia atrás, me mira, la boca húmeda, todavía de rodillas, se curva como quebrándose hasta que su melena toca el suelo y me reclama extendiendo las dos manos hacía mí, tendiéndose cuando yo me inclino sobre ella y me fijo en que tiene fija en el techo la mirada, no perdida, tensa y atenta hasta el dolor como cada uno de sus músculos, como sus largos dedos de uñas rojas que se estremecen en el aire. Ahora aprieta los dientes y en el agrio gesto de su boca no hay piedad ni deseo, pero es igual, yo la prefiero así, sin dilatación ni ternura, ofrecida y hermética, blanca y abriéndose con las dos manos bajo esta luz como de clínica, llamándome en silencio, alzando las piernas para enredarme en ellas y exigirme que la mire y acerque a ella mi boca  como un sediento a quien obligan a beber con las manos atadas. Cuando la beso hondamente con mi cara atrapada por sus muslos una lenta epilepsia le conmueve el vientre y las caderas, y es de verdad ahora cuando nada me importa, cuando acepto la mentira como una tregua que nunca terminará, porque durante medio minuto -nunca un segundo más- todo el tiempo y mis celos se extinguen.

Comenzamos entonces un juego sin respiro de metamorfosis animales: fundido a ella, brillantes de sudor, desconyuntados de osadía y de fiebre, ya no soy humano y no tengo nombre y no quiero volver a tenerlo nunca ya estoy a salvo y no pueden dañarme ni la soledad ni el amor. Infatigable, no vencido, reluciente y oscuro como un luchador, yo me aparto de ella y voy irguiéndome y me persigue arrodillada, y entonces, cuando la creciente intensidad de la música golpeando en mis oídos y en mi estómago preludia obligatoriamente el final, cuando sé que ya es inútil que siga retardando con los ojos cerrado la disolución de todo, y los abro y la miro, veo veloces manchas que cruzan ante mí y veo sus ojos indiferentes y cansados y aprendo de nuevo con un dolor tan crudo como el de una patada que nunca llegará a enamorarse de mí, que cuando se enciendan las luces de la sala y suenen los aplausos de esta gente sombría que nos están mirando, ella saldrá por la puerta y será otra vez una desconocida que después de ducharse se viste como si se quitara el uniforme de trabajo.

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miércoles, 2 de enero de 2013

El hombre ha nacido para morir. ¿Qué quiere decir eso?

          6 se atrevieron a hablar   
¿Realmente hay que esperar?. La vida es una espera en paralización. Siempre estamos mirando: a la ventana, al cielo, a la calle, a la gente. Aguardamos a que caigan todas las soluciones del espacio-tiempo. Sentados en nuestras butacas, contemplamos la película de nuestras acciones. Miramos hacia arriba para encontrar la claraboya por donde hemos de salirnos, pálidos y azorados, y, si es posible, ser espectadores del propio drama estupefaciente. Si la vida lo permite.


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