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Antiguos latidos

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lunes, 31 de diciembre de 2012

Ahogada en la atmósfera de Saturno, nunca estuve tan lejos de tu piel.

          3 se atrevieron a hablar   



Cierro los ojos y trato de recordar el rincón donde abandoné el mapa de mis sentidos. ¿Quizás prendido en algún parpadeo tuyo? Sálvame esta noche, rescátame de mí misma, de este absurdo viaje que me lleva a mundos que no me pertenecen, a ideas que no comparto, a historias que ya no quiero escribir. Sálvame esta noche, retira mis pasos de esa línea blanca de salida que me inunda de horarios y llamadas, de palabras parpadeantes en una rayada pantalla digital. Sálvame, sálvanos de las 37 pulgadas del mundo oficial. Tú conduces, yo te sigo; tú apagas la luz, yo sueño. ¿Todo acabará aquí? Tú serás sólo un sueño, un placebo que amortiguará mi dolor y bloqueará el martirio de esta última soledad, el sinsentido de vivir la pesadilla de otros. De fondo, un sol que se extingue sin saldo, un corazón sin batería, un futuro sin aire.

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Mañana es el primer espacio en blanco para escribir un libro de 365 páginas

          3 se atrevieron a hablar   

Ahora que nadie me escucha, ahora que ninguna persona pondrá voz a estas palabras semianónimas llenas de polvo acumulado, MDMA, purpurina, uvas, speed y mucho miedo (algo así como la mezcla para crear a una Frankenstina en su versión alternativa) quiero decir que:

Tengo miedo. Sí, miedo. Estoy acongojada, acojonada y todo lo que empiece por ACO y signifique miedo. ¿Miedo a qué? Sí, supongo que debería explicarme para darle sentido a estas palabras dignas de psicópata. Tengo miedo a todo lo nuevo que esta por venir, a esta etapa, que será difícil olvidar aunque aún no se si por bien o mal. Siempre he sentido pánico ante los finales y los nuevos comienzos. Ante lo desconocido. Y eso es algo que nunca desaparecerá por mucho que sople las velas o me atragante con las uvas.


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miércoles, 19 de diciembre de 2012

Tengo una gran imaginación, pero a veces necesito que las cosas ocurran de verdad.

        



Siempre nos dicen que todo lo que hemos vivido es lo que somos ahora. Que cada momento de nuestra vida es lo que nos ha formado y lo que ha hecho que seamos como ahora mismo somos; que tengamos cierta visión de las cosas, que actuemos de una manera determinada, que seamos susceptibles, incrédulos, confiados, temerarios, agresivos, desafiantes, sinceros, sosegados, salvajes... Lo que sea.

Puede que sea así, pero la verdad es que no quiero saber cómo podré ser dentro de 10 años, ni quiero saber lo que estaré haciendo, porque eso supondría saber lo que me toca vivir en los siguientes 3650 días.


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sábado, 15 de diciembre de 2012

¿Cómo ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable? Bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros. Y tendrán que rendir cuentas. Pero, la verdad sea dicha, si estáis buscando un culpable, sólo tenéis que miraros al espejo.

          4 se atrevieron a hablar   

Nada es lo que parece 
y nada parece ser lo que en realidad es



Las personalidades se transmutan con las compañías, las palabras se desdicen en un abrir y cerrar de ojos, los actos se esfuman como la niebla y sus objetivos tornan a nobles según las miradas inquisitorias que los juzguen. Los pensamientos se esconden bajo corazas de autoconvencimientos inútiles. Máscaras de usar y tirar listas para la ocasión.

El desconocimiento es la base del miedo y la inseguridad que termina en envidias insanas y luchas de gigantes. A veces incluso, refriegas contra los demonios internos cuyos finales, trágicos casi siempre para con el portador del campo de batalla, traen consigo entonaciones de aluviones depresivos de meas culpas.

Fingir se vuelve cotidiano y se fusiona inexorablemente con la sociedad más actual.

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jueves, 13 de diciembre de 2012

Recuerdo que diferente pasó a significar peligroso

        


No hablaré sobre las pesadillas que se concentraron en la esquina de aquella cama que empaparemos de amor y ginebra, ni de los sueños que no tuvimos, ni de la sangre que no derramamos. No hablaré de nada y  y por eso hablaré de todo.

Ojos vacíos  nos observan, nos juzgan, nos desean. Aspiran a devorar nuestras venas, a hacer añicos nuestros ideales, a convertir nuestras utopías en imposibles y  la vida en el mejor de los negocios. Se acercan putrefactos de mediocridad, deformados y carcomidos por una sociedad manipuladora y una moral inventada, hambrientos de la poca libertad que queda en el mundo.

Todo se corrompe y acaba infectado por la muerte y la codicia. Huye, huye como solo tú sabes hacerlo, huye del infierno del fascismo, de la estupidez de la anarquía, de la corrupción del comunismo, de la mentira de la socialdemocracia y de la injusticia del capitalismo. No dejes que los que fueron hombres se alimenten de tu piel de terciopelo, de tus cabellos oceánicos, de la libertad impresa en tus huesos. Crea tus propias armas para mejorar el mundo y no dejes que te atrapen aquellas doctrinas oxidadas que demostraron en su día no poder funcionar.

Huye porque, si pueden, hincarán sus dientes podridos en  tus entrañas, con los ojos inyectados en la hiel que escapó de sus estómagos congelados en un acontecer cíclico que suena a eterna cadena alimenticia. Huye porque imprimirán en tu macilento corazón ideas sobre un Dios inexistente, sobre una pasiva conformidad con el mundo y sobre la inutilidad del arte y la cultura, y la importancia del dinero, la Navidad o San Valentín.

Y cuando tus pies se den por vencidos, cuando sus garras rotas y amarillas desgarren tu capacidad de pensar por ti mismo, de leer a los que alguna vez lo hicieron y de luchar por un mundo que en verdad te importa una mierda, entonces habrán muerto las frases de V de Vendetta, la paloma que se equivocaba en el poema de Alberti, los republicanos de las cunetas, la libertad de expresión y la revolución francesa.

Sobrevivirán, en cambio, los tanques y las metralletas, el dinero y las lavadoras, las esvásticas en los muros, los apartamentos en Benidorm y la violencia justificada por los que se hacen llamar revolucionarios. Toda una masa de zombies de formas y colores diferentes, pero de un interior similar y peligroso: una mente influenciable por las ideas corrompidas de genios y villanos que algún día tuvieron un sueño y olvidaron que este podría llegar a tornarse  pesadilla.

Zombie
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domingo, 9 de diciembre de 2012

viernes, 30 de noviembre de 2012

Nada es todo

          4 se atrevieron a hablar   

Es una silenciosa tarde de viernes. Y a pesar de la hora digo es en lugar de ha sido, porque nada aporta más sensación de seguridad que ese presente, tan contundente, tan efímero. Que al mismo tiempo conjuga todos los tiempos y todos los estados, y tiene esa capacidad tan grande de engaño. Pero en los tiempos que corren es difícil separar la verdad de la mentira; vivimos en un constante simulacro de vida y acciones que apenas nos dejan distinguir entre el humo que difumina en manchas borrosas el paisaje. Por eso prefiero dejarme engañar por la literatura. Ella sabe que me miente, y yo me dejo mentir conscientemente. Prostitución de palabras. Y creo que es la mentira más cierta que jamás tendremos. Es por esto que esta tarde se merezca un homenaje de humo denso y copas de más en el más puro onanismo. Sin embargo ni siquiera soy buena siendo mala y son imágenes que jamás saldrán de mi cabeza. Pura ilusión. Como el silencio que ahora se rompe. De fondo se escuchan ruidos de martillo. Uno, dos, tres... es fácil llevar la cuenta. Tan fácil que resulta igualmente simple imaginar que es otra cosa. Es nuestro juego. Juguemos a que cada golpe es una furiosa embestida tuya. Uno, dos, tres... Si para tú paras, si empieza tú empiezas. Pero tampoco tienen que ser furiosas. Creemos contradicciones, juguemos con las palabras en nuestro propio lenguaje. Sabes que me gusta, otra prueba más de que nada es cierto. Así que pueden ser embestidas dulces, casi tanto como tú. Mejor, que sean dulces, como tu sabor; dulce y salado, cálido y condensado, descansa en mis labios. Pero todo es ilusorio, y sigue siendo una silenciosa tarde de viernes. 

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A veces no te das cuenta de que has cruzado una línea... hasta que estás al otro lado y entonces, ya es demasiado tarde.

          ¿Quieres decir algo?   

Supongo que, a veces, lo mejor es intentar jugar al escondite con el tiempo. Ponerte a salvo antes de que termine por atacarte, seguramente ayudado por algún cómplice. Escapar corriendo y, cuando creas haberte alejado, parar en seco y sentir cómo tu respiración desacelera placenteramente al tiempo que un extraño estado de paz se apodera de ti.

"Pues bien, yo nunca soy capaz de hacerlo. Ni lo fui, ni creo que jamás lo sea. Porque...¿sabes? Yo soy de ésas que siempre se quedan paralizadas a unos metros antes de desaparecer del mapa. Me gusta quedarme muy quieta delante de los abismos, esperando a que algo me alcance y me haga reaccionar. Todo con tal de no caer al vacío sintiéndome un peso muerto. Y es que no puedo largarme de ningún lugar sin que el mundo deje su marca -de un modo u otro- en mí. Necesito esas pequeñas punzadas de emoción para seguir adelante.
Recuerdo la noche en que no supe decir con exactitud a qué olía tu cuello.
Ahora lo sé. Huele a escapatoria."


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jueves, 29 de noviembre de 2012

Sol

          ¿Quieres decir algo?   
Ya no soporto ni siquiera unos cuantos segundos más de esto, aunque haya esperado años. En el suelo maloliente, con los párpados adheridos, tomé la decisión de salir de aquí. Miro alrededor y busco un asidero, algo firme en qué apoyarme para levantarme, pero lo que único que veo son cosas en desorden, viejas, usadas y rotas, que inundan todo el espacio; lo más cercano está muy lejos para servirme de ello, por lo que trato, muy dificultosamente, de incorporarme usando las manos, las piernas. Me muevo infructuosamente, con mi frágil decisión doblándose casi hasta partirse. Siento calambres en toda partes, sobre todo en mi mente, que no me dejan hacerlo ni tan fácil ni tan rápido como quisiera. Logré incorporarme precariamente sobre mis piernas, con las manos en la mesa. Miembros entumecidos. La oscuridad sigue, pero al fin estoy de pie. Abro la ventana, llena de polvo, llena de olvido, llena de nuncas, y entra la luz; luz cegadora, que dificulta la visión por unos segundos. Puede que minutos. Puede que horas. Luego, todo comienza a aparecer ante mí. Todo lo que quise ocultar, de lo que corrí, lo que acepté sin pensar... ahora me miran sentados, no sé si esperando, no sé si asustados por el nacimiento tardío de este nuevo ser. Mirando hacia un lado y hacia otro, un par de lágrimas se escapan, dejando salir cada partícula de impotencia que hay en mí. Sólo queda levantar la cabeza. Sólo queda comenzar a respirar. El frío se vuelve calor. El resto… no se sabe, pero se puede mirar.


Ya es hora de que utilice esto para promocionar algo que merece la pena.

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jueves, 22 de noviembre de 2012

Verdades y mentiras que querrán decir lo mismo

          4 se atrevieron a hablar   
Entra por la puerta. Por esta vez dejemos todas las preocupaciones a un lado. Las tuyas. Las mías. Agárrame. Miénteme. Dale la mano al terrorismo emocional viniéndote conmigo. Dime que todo irá bien, que tienes todas las soluciones a mis problemas. Que son míos. Que son tuyos. Dime todas esas cosas que recuerdas de guiones de comedia romántica americana… Dime que podemos y lo haremos, pero dímelo porque yo ya no me lo creo.



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miércoles, 21 de noviembre de 2012

lunes, 19 de noviembre de 2012

Vivo en la ciudad mas infame, oscura y pérfida del planeta... pero eso lo dicen todos, así que no me creas.

          Alguien se atrevió a hablar   




















La ciudad es como tú: cuando te quieres perder llegas sin querer a tu destino.

Y cuando pides que el viento frío se lleve el dolor y las nostalgias, resultas ser la llama eufórica que alimenta la hoguera donde uno puede llegar a por un poco de calor, o bien a quemar poemas que el tiempo en la memoria escribiera.

Cae sobre mis hombros la última luz de la tarde como un grito que rompe la noche oscura y larga como tu pelo; tan deseado como el cáliz que entre tus piernas atesora tu veneno, y tan cruel como la espera del suicida que cuenta sobre el puente su número favorito de coches de su color predilecto, como queriendo aferrarse a algo en ese último momento y antes de hacerlo, le llegase el hálito del deseo por seguir viviendo.

La ciudad es como tú: seductora e inevitable infiel. Tan incapaz de darse por satisfecha, como de dejar de querer halagarte. Llegará el momento de que uno deje de pensar, pero no de justificarse.

La ciudad es como tú: todos la habitan pero nadie sabe verte. Voraz como la vida, simple como la muerte.
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No existimos

          ¿Quieres decir algo?   

Cuando esté lejos y mi sombra se haya marchado, piensa en lo que te digo todas las noches antes de dormir. Cuando los demonios se hayan ahogado bajo litros de distancia, podrás estar tranquilo. Yo estaré bien, abrazada a un recuerdo que se tambalea entre lo que nos hace esclavos y lo que nos hace libres. Soñaré que estás conmigo, dejando pisadas en la brillante nieve, y que me cuentas historias durante las largas noches del norte, y que me quedo despierta vigilando por si no respiras. Dile a tu olor que se quede entre mis brazos, necesito llorar aferrada a él. Seremos niños salvajes en un invierno carnívoro, jugando a ser alguien en un mundo donde no existimos. No existimos, amor, porque somos tierra y fuego,  raíces y nubes, flores y árboles quemados. No existimos porque vamos de la mano venciendo al frío, tan frágiles como un copo que cae, y se funde con el suelo, tan fuertes como soldados arrinconados en la trinchera, con pólvora en los labios y en los dedos. No existimos porque tenemos magia, y luz de luna, y un sol ardiente en cada pecho, no existimos porque aprendimos a volar ignorando al miedo, y aunque llevemos coronas de espinas, somos ángeles bailando  al son de las melodías de los funerales. Me iré lejos y tu me seguirás, cantando, y volveremos a gritarle a los aviones que desgarran nuestro cielo, como niños salvajes en un invierno carnívoro.

Extraído de: Respira
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2001 noches

          ¿Quieres decir algo?   
Sé que las realizaciones no bastan.
Sé que hice todos los deberes mal.
Quiero volver desesperado
a los lugares donde empezó el error.
Sé que no podré.
Nos matarán,
sé que nos matarán,
y sin embargo
miro dulcemente hacia los días donde ya no estaré.

Miguel Oscar Menassa
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Nada es eterno

          2 se atrevieron a hablar   

¿Dónde fue? ¿Dónde huyó? La puta desgracia que me irrita, que se recrea en mí disfrutando del trago de la saliva. Me fulmina la mirada helada de quien se cree machacado, y yo sigo aquí, ardiendo en el sofoco que me produce saber que cuando el fuego está hambriento, no para de comer hasta que se queda satisfecho.
A base de lágrimas no se puede apagar, pues aunque en un momento aminora, cuando prende, lo hace más orgulloso, y ya no come, sino devora.


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martes, 13 de noviembre de 2012

Vicios caros

          Alguien se atrevió a hablar   



Gritar. Gritar tan fuerte que pienses que te explotan los pulmones por falta de oxígeno. Hacerlo tantas veces hasta caer rendidos y quedarnos sin aliento. Saborear los momentos de después como si fueran los últimos del mundo. Volver a besar tus labios -que ahora son más míos que tuyos-.

No tenemos remedio. Hemos pecado ya demasiadas veces, pero cada vez es mejor que la anterior. Simplemente somos diminutas partículas presentes en miles de lugares del universo y que acaban juntas cuando no deberían estarlo, dejando todo lo demás de lado. Como una carga magnética, dos polos opuestos que se atraen, y cuando están juntos, pueden llegar a ser indestructibles.


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lunes, 12 de noviembre de 2012

Ansias de fuga

          2 se atrevieron a hablar   
-¿Qué es entonces lo que te atraía allá lejos?
-No quiero volver a pensar en eso. Nada... yo mismo.
-¿Pensabas entonces ser feliz lejos de nosotros?
-No buscaba la felicidad.
-¿Qué buscabas?
-Buscaba... quién era.
-¡Oh! Eres hijo de tus padres y hermano de tus hermanos.
-No me parecía a mis hermanos. No hablemos más de eso, aquí estoy de nuevo.
-Sí, hablemos todavía de eso. No consideres a tus hermanos tan diferentes de ti.
-Mi único cuidado será, en adelante, parecerme a todos vosotros.
-Dices eso como resignado.
-Nada es más fatigoso que comprobar la propia desemejanza. Este viaje, al fin, me cansó.


Aún sigo atrapada en mi propio agujero negro. 
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jueves, 1 de noviembre de 2012

Rip out the wings of a butterfly

          2 se atrevieron a hablar   


Podía notar como el sol pegaba en su cara. Pronto sintió como empezaron a calentarse sus mejillas. Bajó del coche. Sus tacones tocaban levemente el suelo, parecía que flotara; lo hacía con una gracia incomparable. Con cada movimiento de cintura su cabello rozaba la espalda.
Transcurridas algunas tazas de café y muchos cigarros más tarde, la noche tocó a su puerta. Se desnudó lentamente frente a su espejo. La luna parecía ser su única testigo. Llevó un nuevo cigarro a los labios, después se los mordió. Con cada bocanada de humo se escapaba un suspiro, un deseo y una de sus múltiples vidas.
Seguía desnuda frente al espejo. Sus pupilas estaban dilatadas. Pasó su mano fría por todo su cuerpo, estremeciéndose al contacto.

De la habitación continua emergía una canción. Tal vez de algún vecino, o de una radio vieja. Tal vez de su propia cabeza. Trató de bailar, pero no podía coordinar bien sus pasos, así que cayó sobre el piso.
No volvió a levantarse en toda la noche.

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martes, 23 de octubre de 2012

sábado, 20 de octubre de 2012

Juraría que puedo volar

          12 se atrevieron a hablar   

Cada vez que te veo juraría que nos hemos estado buscando todo este tiempo, que nos echábamos de menos sin conocernos. Ten por seguro que lo juraría; pero tú sabes que no soy una romántica, que soy más bien pasional. Y ni siquiera me sé explicar.  Pero la verdad es que estaba realmente perdida cuando me topé contigo y tus ganas de sacarme de quicio. Ahora sé que eres la respuesta a mi descarada súplica, aunque jamás te lo diga y tengas que conformarte con descifrar las palabras escondidas en mi mirada suicida tras sentir tu mano donde el ombligo pierde su nombre y toda la pasión se esconde.



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martes, 16 de octubre de 2012

En ocasiones quiero que me hagas cosas que odio

          7 se atrevieron a hablar   


Hoy me siento bukowskiana. Sí, es cierto, la vida sigue siendo igual de ¿patética?. Dejémoslo en melodramática, llena de sombras y luces. Pero eso ahora no importa, ahora se trata de un duelo personal entre las letras y yo. Prefiero la emotividad de un motel sucio, con las ventanas a medio cerrar y las sábanas sucias de manchas tan añejas que han perdido cualquier rastro de identidad. Las calles a medio transitar, con una luz tan traicionera que no se sabe bien si es de noche o de día en una ciudad sin ninguna ley y con mucha humedad. Amantes de las madrugadas conjuntas, ebrias de alcohol y deseo,repletas de oscuridad y temor al amanecer.Pero hoy me siento bukowsniana, y eso significa también sentir la necesidad frenética de movimientos bruscos, gritos ahogados, vaho de alcohol, ojos hinchados y cuerpos empapados. Sí, quiero llenarme de tu embriaguez en el desvarío de los sentidos bajo la lengua, y el alma llena y desbordada. Saltar al abismo y rechazar los estigmas. Todo vale. Sodomizaré mi consciencia, con letras y con todo lo que me pidas. No te asustes, solo quiero grabar tu cuerpo en mi piel. ¿Serás el confidente de mis fantasías recién cumplidas? En completo abandono a la razón y con olvido aparente de las más obvias precauciones me dejo caer en tus brazos. ¿Cómo ha sido? No lo sé, pero este maldito calor se acumula. Y la verdad es que no voy a engañarte, me gusta sentirme así, esperando a sucumbir ante ti.


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lunes, 15 de octubre de 2012

"Tu mirada se cruza con la mía, aún un poco de amor, aún un poco de recuerdos"

          6 se atrevieron a hablar   

Nos pasábamos el tiempo huyendo de las agujas del reloj, buscando un lugar donde poder aprovechar los últimos minutos de calor. Siempre con prisas: nos faltaba tiempo, nos sobraban las ganas.
Ante la página en blanco ahora solo me sale escribir del amor y del odio, de ver como las cosas se acaban. Ver como poco a poco todo quiebra, y va dejando paso al silencio. Algo que te ha llenado durante tanto tiempo, aquello que era tu último pensamiento del día y el primero nada más amanecer. Ya no te acordabas como era vivir sin ello, y ahora lo tienes que dejar ir...        
Siempre pensé que podía  hacer que todo esto acabara con apenas cuatro palabras… a veces lo quería, otras era mejor no pensar en ello. Pude hacer que me dijeras la última palabra, el último te quiero. Obtener un último beso. Pero no lo hice. No es fácil, y nadie dijo que fuera a serlo. Y ahora la historia ha cambiado de rumbo, eres tú el que la cierra y yo me quedo con las ganas de saber qué hubiera pasado al final. Qué frágiles son las relaciones.
Pienso en los días, que poco a poco se convirtieron en semanas, las semanas, en meses… y que un día, no precisamente especial, no quisiste continuar. La historia se acaba, la última página, el punto final. Pongo en una cinta todos los recuerdos, saboreo por última vez cada instante, cada pequeño detalle que nos hizo ser grandes…
Y me doy cuenta de que conozco perfectamente tu perfume, que reconocería tus pasos aún estando de espaldas, que me sé de memoria tu forma de caminar, y también la de besar. Recuerdo como con tus labios recorrías mi cuello. Y tu sonrisa... tu gran sonrisa, de esas que oscurecen soles; y me perdería en tu mirada por horas, en esos ojos grandes... No me haría falta formular una palabra para contártelo todo: la verdad de sus ojos, sus planes de futuro, sus historias. Que lo has visto reír y lo has visto llorar. Conoces sus miedos y él los tuyos, y aunque aún había dudas, todo iba bien. Incluso aún recuerdas esa vez que te colaste en su cama y más tarde él en tus sueños. ¿Quién es capaz de romper algo así?
A pesar de ello puedo decir que nuestro amor duró lo que dura un verano en un desierto. No pudimos acabar con la rutina antes de que ella acabara con nosotros.  Cuando todo parecía haber encontrado su lugar, cuando tus miradas me empezaban a hacer temblar, un día, ya nada volvió a ser lo mismo. Pronuncias esas palabras con poco valor, te veo suspirar por última vez, te hago prometer que nos volveremos a ver. Mejor para ti, mejor para mí. Yo no era lo que esperabas, ni tú aquello que necesito. No me preocupo, todo irá bien. Quizás la vida nos dé otra oportunidad. Pero dime que aún te sientes fuerte, lo suficientemente fuerte como para volver a querer otra vez. Ambos sabemos que el mundo no se acaba con unas pocas palabras, que el amor pasa, que las hojas se caen de los árboles, la nieve se funde, los suspiros se pierden; pero todo vuelve a aparecer. No te puedes quedar atrás.

"Tu mirada se cruza con la mía, aún un poco de amor, de recuerdos… y te vas, ya te has ido. No volverás".

Ahora piensa que esto es solo una historia. Que tú eres ella y yo soy él. 
Que somos un nosotros, un todo, un nada.
Realidades paralelas. 
Sé lo que tengo y sé lo que quiero. Pero de verdad que es muy difícil.
Es algo que está ahí y no se cambia. Cerraduras y cajones.
Secretos prohibidos (cada vez más a la luz).
Y yo empiezo a odiar escribir en primera persona, nunca es por nada bueno.
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domingo, 14 de octubre de 2012

miércoles, 10 de octubre de 2012

La definición de la vida es problemas

Otra vez es uno de esos días en los que no te apetece hacer nada. Pero realmente no es el día, es tu estado de ánimo, con la salvedad de que ya no llueve ni tampoco se vislumbra ni un solo cúmulo de gases evaporados dispuestos a descargar su energía al mismo tiempo que tú tu frustración, por lo que no resulta nada poético. Eso es lo peor. Ahí fuera el sol brilla es una especie de orgía lírica en la que, en vez de destrozarse mutuamente, la gente se saluda y sonríe con esa cara de felicidad idiota. Es como una parodia mala y de bajo presupuesto de 'El show de Truman', pero dudas de que haya nadie ahí fuera con tanto interés sobre tu persona. Por lo tanto la única conclusión posible es que esto es la vida real, lo cual es mucho peor (por no hablar de lo dañino que resulta para tu ego) ya que no hay ningún guión establecido. No  hay princesas, ni héroes, ni putas, ni diálogos brillantes. Ni sonará ninguna melodía anodina de fondo que indica que es un momento crucial en tu vida. Es un juego diferente con reglas diferentes que aún no he conocido. Pero da igual, en el fondo ya está todo escrito, por eso esto cada día tiene menos sentidos. ¿Qué puedes decir tú que no haya dicho otro antes? Es simple: la degeneración está muy vista, la virtud también. Por suerte parece que al final si va a haber un poco de tormenta. Ahora solo me queda culpar a la lluvia ácida de la excitotoxicidad de mis neuronas.



¿Buscas culpables? Yo señalo tu insensatez retardada mientras tu señalas mi estupidez mejorada. Somos dos antagonistas con corazones a imagen y semejanza. Genios en la manipulación de la palabra. Amantes del orgullo degradante. Temerosos en terreno hostil y asiduos a recorrerlo… a recorrer nuestros cuerpos.



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lunes, 8 de octubre de 2012

jueves, 4 de octubre de 2012

Cuando creemos poseer, perdemos

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¿Cómo expresar el amor en silencio? Pensé en el deseo. El silencio del amor es el deseo. O quizás debería decir que todo silencio lleva implícito un deseo, y por ello una ofensa. Hay un algo de agresión en todo sentimiento. El simple hecho de mirar ¿acaso no es ya una intromisión? Ante una mirada, un cuerpo siempre se muestra desnudo. Así pues mirar no bastaba. Mirar en silencio, deseando, es alejar, distanciarse, añorar desde algún punto solitario; y ésa no es la expresión silenciosa del amor, porque no llega, no alcanza, se agota en ese deseo lejano. Es preciso hallar algún gesto de intercambio. Esa rapidez con la que todo acude y huye de nosotros, esa fugacidad que convierte hasta lo más solemne en pura intrascendencia.









Obediencia: ahí esta el peligro. En esa dejadez se halla el riesgo.
Dar no es tomar, se da en espera de que se respete, ése es el sentido último. La única ley es la libertad de hacer y de querer. No hay límites. Pero en esto las personas somos como los artistas que realizan acrobacias a gran altura y prefieren no pensar en la distancia que los separa del suelo. No hay sino una sola costumbre, pero ésta se ha hecho tan recia que se ha hecho ley, y por sus mismas características, simplemente tácita: el silencio. Tan solo hacemos y reaccionamos; no es tan raro ¿no? llega un momento en el que cualquier relación alcanza ese punto. "Sobran las palabras" pero realmente no sucede así, simplemente carecen de importancia.


Sucedió, así de sencillo, y nosotros hicimos lo que quisimos hacer. Y reconozco que mi romanticismo sufrió un golpe mortal porque he descubierto que incluso el amor se puede inventar. De hecho ¿no es lo que hacemos siempre?. He llegado a creer, de acuerdo con esto, que el amor entre dos almas también es un teatro, y por lo tanto una prostitución, como el amor de los cuerpos.

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miércoles, 3 de octubre de 2012

(Never could) forgotten

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No dejes de mirar a la luna 
-le dijo- 
especialmente ahora en otoño, 
que debido a los cristalitos de hielo 
tiene a veces ese halo tan mágico.







Echaba de menos el mar, su mar. Echaba de menos la humedad que éste, junto con el sol, creaba en el ambiente y hacía traspirar a su piel. Echaba de menos que formara parte de su día a día, verlo todas las mañanas a través de las ventanas del autobús. Le faltaba una mitad que se había quedado allí, con él, y que seguía contemplando desde lejos el movimiento de sus olas. “No dejes de mirar a la luna”, se repetía.


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domingo, 30 de septiembre de 2012

Dicen

          5 se atrevieron a hablar   
Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde, dicen que querer es poder, dicen que a la tercera va la vencida, dicen que lo imposible es atractivo, dicen que quien no arriesga no gana, dicen que el que tuvo retuvo, dicen que una mirada vale más que mil palabras, dicen que de todo se aprende, dicen que el movimiento se demuestra andando, dicen que no hay mal que por bien no venga. Pero... las verdaderas reglas no están escritas.




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viernes, 28 de septiembre de 2012

Dicotomía cerebral

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Hoy la lluvia a vuelto a empapar las calles. En verdad creo que nunca se va, solo se queda esperando al momento más adecuado para aparecer de nuevo. Es como las faltas de ortografía o la contaminación, uno hace todo lo posible para erradicarlas, y de hecho llegas a creer que lo has conseguido y te vanaglorias ufano de los méritos alcanzados. Pero cuando menos te lo esperas... ¡zas! Elevas la cabeza y ahí está, esa capa amarilla pringosa que se adhiere a tus pulmones y se revuelca apestando a nicotina, alquitrán y gases tóxicos. Incluso revisas un texto y te das cuenta de que has escrito "a vuelto a empapar las calles". Pero la lluvia no es lo único que moja en estos días, también lo hace ese declive otoñal, tan cargado de decaimiento y degeneración, con la salvedad de que la lluvia es notablemente más beneficiosa. Ya se sabe: riega los campos, purifica el aire, inspira rimas fáciles a poetas enamoradizos, hace que los melancólicos salgan de sus guaridas... Quizás lo del declive otoñal sea solo cosa mía. Efectos colaterales de una lámpara con una única bombilla que nunca funciona como debiera y respirar el aire viciado y cargado de humo. También cabe la posibilidad de que la inactividad neuronal continua haya provocado un suicidio masivo de las mismas, en una especie de ritual satánico y bizarro.  ¿Por qué no follarían cantarían por la paz, el amor, el medio ambiente y las cosas bonitas del mundo en vez de reventarme la cabeza?  No lo sé, creo que simplemente mi subconsciente se aburre y para entretenerse juega al gato y al ratón conmigo. Da igual la vida sigue. El lunes empezará otra vez esa rutina tan mortífera y peligrosa como el aire que entra en mis pulmones a 10 inhalaciones por minuto y oficialmente se habrá acabado la vida.

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